sábado, 25 de mayo de 2013

Mi novia kirchnerista imaginaria


   La vida suele ser misteriosa, a veces sin dejar demasiadas huellas expone su tinte encantador en los lugares y situaciones menos pensadas, mientras que lo sorpresivo suele ser objeto de los episodios más cargados de romanticismo. Una noche común, tan obsecuente como podría ser cualquier otra, pero justamente así es la ley de la vida: en los momentos menos sospechados surgen las cuestiones que condimentan los factores que le dan funcionamiento al universo.
   Este cuento no intenta ser una historia de amor ni un cursi desencuentro amoroso, sino que sólo intenta ser el relato de un héroe, que sin estar disfrazado de héroe, de casualidad se tropezó con una noche que le iba a dejar unas cuantas incógnitas. Sí, digamos que todo comenzó una noche en un lugar que no tiene demasiada importancia, en un día más que no sería tal hasta que apareció ella y todo se paralizó, ya el cansancio de una semana intrascendente quedaba detrás y de repente se amplificaba la música de una noche que ya no podría apagarse.
   Era tan bella que con solo su sonrisa empapelaba de alegría el lugar. Era un ser llamativo, agradable y que contagiaba su chispa cómo su locura al compás de cada uno de sus movimientos. No se sabía si venía de Buenos Aires o de Liverpool, pero poco importaba. Era la reportera que todo superhéroe soñaba con rescatar.
   En el juego no tiene que ver ni la timidez, la desfachatez o las ansias de poner el dilema en funcionamiento, pero cada palabra flotaba y se chocaba contra un campo magnético cuando intentaba expulsarse al mundo exterior, quizás era la pausa mental del no saber que decir cuando se quieren pensar un millón de rimas y componer una canción que cambie el mundo.
   A veces la vida se desarrolla mediante contrastes, opuestos y diversas cuestiones que generan la picardía de lo picante, como en la política, el fútbol o en cualquier disciplina social; aunque a veces, en ciertos puntos, puede caer una virtual similitud, sólo restaba saber si todo había sido un sueño o un guión inconcluso. La suerte que trae el siglo XXI es que lo que parece complicado puede resultar más sencillo, ya jugar al detective es más fácil en una era digital. Entre un ingrediente de acá y otro de allá bajo la simbiosis del olfato de un sabueso, ahí estaba ella: aquél ángel del que entre titubeos ni recordaba su nombre ahora era real, al menos en aquella galaxia paralela.
   Sí, ahí se encontraba la joven adorable que posaba sonriente con la presidenta o con una estrella de rock, tan cerca y tan lejos. Lo encantador de no saber nada de ella y de querer saberlo todo. Lo dubitativo de que estrofa entonar sin aparentar ser obvio o ridículo. Lo complicado de cuando el superhéroe tiene que jugar a ser el tipo común y enviar una postal de iniciación al futuro. La tensión de una respuesta, de qué pensar, de la no respuesta. La imaginación es tan mágica como traicionera, aunque siempre hay un lugar en el que se puede encontrar un espacio para la victoria.

sábado, 26 de enero de 2013

Elixir


   Era en la ciudad de la fluctuación dónde ella estaba encarcelada. Se podía observar una eminente fortaleza y por ahí, como si nada lo perturbara, un dragón tocando una pieza con el arpa. Era una situación un tanto sofocante para un antihéroe que ni de armas sabía, pero de todas maneras debía rescatarla.
   No era un cuento de hadas, sino la realidad fantástica que se había creado, o la que había creado a ella o quizás el destino jugando a las marionetas con los dos. La cuestión es que todo se había vuelto tan real que, por momentos, la ficción había sobrepasado la realidad y ya ni el poeta podía reescribir sus versos. Parecía que no le iba a quedar otra que vestirse de héroe para recuperar a su doncella.
   Daba vueltas en círculos mientras el cielo se volvía violeta y comenzaban a llover alas de murciélagos. Tuvo que cerrar los ojos e introducirse en la situación. Empezar a girar en un remolino del tiempo que lo mareaba, que entre distintas fotos de una agradable cronología de situaciones melódicas, lo armaron de valor para poder enfrentar un escenario que le era esquivo.
   En una situación racional todo resultaría imposible, pero nada lo era; es más, esto ni siquiera era la realidad, se dio cuenta que era el relato que estaba creando y que si quería podía borrar al monstruo en unos segundos. Pero el problema era que todo se había vuelto tan real y ya las incógnitas se desprendían de sus máscaras. Todo había llegado hasta un punto en que ya no solo se desconocía de tiempo y espacio, sino de que era real y, por el contrario, ficticio.
   Pero ya nada podía importar, flotando en la deriva un reloj de arena le balbuceaba que la cuenta regresiva era mínima, por lo que decidió reaccionar y dominar todo con la mente. De a poco todo se enriquecía de colores flúor entre vientos asfixiantes. Empezó a temblar y todo lo que estaba a su alrededor comenzó a desintegrarse, y a medida que nuevamente fue cobrando el sentido se encontró en una especie de baldío estelar, pero con ella entre sus brazos. Aturdido y sorprendido por lo que había pasado, la sujeto fuerte y en una especie de instante congelado se miraron a los ojos por un extenso lapso de tiempo.

jueves, 17 de enero de 2013

(Hubo una vez un) Principio



   En 2147 fue el momento cúlmine, el metafísico, en el que enlazaron su deseo y dejaron una serie de incógnitas hacia un siguiente paso en una posible escala simétrica. Un juego de palabras, sentidos y el misterio habitual del destino. Entre conflictos, enredos y una unión ya intachable se encontraban en el confuso camino del pensamiento. Cada uno sabía como llegar a la otra punta del laberinto, pero necesitaban la convicción de hallar el momento indicado.
   Pero hubo un período en el que se conocieron, parece de aquellos lejanos en el tiempo, pero no lo es. Sería complicado encontrarle una exactitud temporal antes del año bisagra, pero ese momento existió. No fue de la manera que muchos podrían imaginar, ni tuvo la épica de los hechos que vendrían después. Indiferente aunque cordial, pero en esas primeras miradas nada hacía suponer la epopeya que sucedería luego.
   El cosmos es tan misterioso que casi siempre termina siendo encantador. En tiempos separados, pero adictos a la misma poción, los terminó uniendo la mística de la química entre ambas partes. Eran momentos extraños y confusos, hasta quizás de fuga; pero por esas cosas de la vida, las fichas habían caído en el mismo casillero.
   Sin indagar demasiado en el propósito de todo esto, gran virtud en los deberes tuvo una posible realidad virtual, una especie de gestor que ayudó al contacto e hizo hincapié hacia el desenvolvimiento físico de los hechos. Debería estar escrito, o no, pero la causa se vistió de gala y musicalizó la situación. Todo sucede por algo en particular, sólo que a veces el eje a una respuesta no está tan visible, y el camino para investigarlo se hace arduo, aunque quizás eso fue lo que provocó la magia que comenzó a adornar todo.
   En una especie de presente, quizás se encuentren en la misma órbita, aunque en sitios diferentes, ellos saben que no tienen que perder el contacto y concebir el cometido de su misión; ya el futuro es indefino, pero un tanto más lúcido, de chispazos entre la aurora de un horizonte encandilante.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Interludio


   Hipnotizado en una bahía se puso a elegir caramelos de un frasco que había encontrado en el más allá. El recipiente tenía una profundidad que no aparentaba y a él le resultaba imposible tomar el dulce que deseaba. Tan cerca, pero tan lejos, reluciente en su envoltorio floreado.
   Se fumó cada nube que lo miraba y se bebió todo el pantano que lo rodeaba. Se puso a navegar sin canoa hasta que se perdió en los laberintos de una canción. Guirnaldas de colores y un xilofón de pasiones. Las agujas del reloj se derretían a la sombra y su sabiduría se iba reflejando en su cabello.
   Su violín estaba desafinado, suspendido en tiempo y espacio. Una sonata de lejos y una escalera hacia un armario en el inconsciente. La mesa estaba servida y sin embargo no quedaba nadie, sería temporada de pileta en el desierto.
   El loco momento en el que deja de funcionar el universo, en el que se corren los decorados para que todo comience a oscurecer por dentro y a encandilar por fuera, se corta la música y se acrecienta el barullo.
   La vida del poeta es como la de un mago, solo que sus trucos están en la belleza de sus palabras. Su secreto no debe ser revelado, para así poder seguir produciendo el encanto de la ilusión de una dimensión paralela.
   Pero todo seguía detenido, esta vez él  no era el que estaba sedado, sino el propio universo, que lo transportaba poco a poco sin saber a dónde. La temporalidad ya le era ajena, y por más que estuviera lleno de oro, el contrario siempre tenía la espada. El tiempo lo hizo ir saltando de renglón en renglón en el devenir de una hoja interminable. Invernó en un túnel por años y se despertó en otro sitio, aunque todavía no abrió los ojos.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Cazador


   Entre los torbellinos del limbo terminó de descifrar parte de un acertijo en puntos suspensivos. Esa incógnita era una temporalidad más, otra espina en la galaxia, la que quizás tenía más importancia de lo imaginado, pero era el camino a la redención, una brújula a la información incompleta.
   Una ausencia, o indiferencia provisoria, una laguna de preguntas que de a poco se hacían de respuestas. Ella estaba atrapada entre quimeras, en una depresión innecesaria que ya no la dejaba levitar. El ser sin nombre ya lo tenía, se ubicaba en otro tiempo, un criminal espacial sin sombra.
   Esquivar el tiempo pluscuamperfecto para traerla nuevamente al futuro, al añorado 2147. En realidad, lo de los años era cuestión de mareos ¿Era pasado, presente o futuro? Ya la convulsionada mente no lo dejaba razonar como debía, no sabía ni en que año o sistema solar se encontraba, había muchos presentes que se chocaban. Pero lo importante era la misión, desenmascarar al cazador de sonrisas, el rufián que se la había quitado y llevado a la bolsa junto con tantas otras que había ultrajado.
   El demonio existía desde antes de lo supuesto. Una poción, un veneno que la hacia dudar y ver distorsionada su realidad. Ahora todo cerraba tanto cronológica como matemáticamente. La indiferencia y el paso retraído en la pista de baile. Pero no era su culpa, o sí; pero el hechizo debía romperse, ya no se podían alterar más lo tiempos. El destino del universo dependía de eso.
   Tenía que desenfundar su pluma y derrotarlo, puerco que le había quitado su alegría, que le impedía componer su encanto. Había que sacarla del calabozo mental en el que estaba perdida sin saber porqué. Las sorpresas de la vida, aunque ahora estaba el dato clave, la pieza que faltaba para completar el rompecabezas. La pista estaba en el pergamino, ya no eran gritos de socorro perdidos en la nebulosa del inconsciente, había un camino y un plan.

viernes, 14 de diciembre de 2012

I'll See You In My Dreams

   Un paralelepípedo que encierra una isla desierta, un paraíso lejano y desconocido. De lejos un avión invisible y tierra abajo una hamaca paraguaya, sobre ella la inocencia, la pasión y la indiferencia. Maullidos espontáneos dominan la escena y se pierden como ecos en la tempestad.
   Los acordes de Django Reinhardt y un paseo en alfombra mágica. El reloj de arena estaba mojado por dentro. Una espada y una muerte lenta, aunque imaginaria porque esto debería ser un sueño o lo que se soñaba en ese sueño.
   Un encuentro extraño y las cartas misteriosas de siempre. El juego de las realidades paralelas y el saber elegir con cual quedarse. La sensación de estar perdido en el tiempo y al ras de una adrenalina que era poco habitual. Como tomar un helado en el espacio.
   Nadar en el barro hacia el horizonte. Un cuestionario en otro idioma para encontrar la salida del laberinto de la incomunicación. La banda sigue tocando y su sonrisa seguía ahí. Un salvavidas para los momentos inoportunos o quince minutos entre un ramo de flores y una cerveza de segunda marca.
   Recostándose sobre su pecho. El inicio de una epopeya onírica y el sol que temía salir de atrás de una oscura nube. Un recorrido escalonado hacia el imprevisto deseo de las consecuencias del destino. Había una vez un portal hacia el futuro dónde pasaban cosas trascendentes.
   

sábado, 8 de diciembre de 2012

Poema


Hola, soy un poema
¿Qué cornos soy?
Palabras que forman pequeñas oraciones
A veces, en forma de versos
Soy la excusa de alguien para decirle algo a alguien
Obvio, con un fin, cuestiones de encanto
                                  
En este caso soy un delirio metadiscursivo
Del escritor o de su alocada mente
Del medio que lo hace escribir constantemente
Debe ser el fascinante juego de seducción
El enriquecedor juego de palabras
Que luego fue simbiosis entre una risa y una mirada
                                 
Cansado de pensar o estancado en un diván
Todo es loco pero al tipo lo incita crear
Como nunca, sin razones claras
Un trago y una seca y a otra galaxia
No estoy siendo un poema de amor
Pero intento ser una prosa copada
                                 
La magia de la duda
Una ensalada de labios y mordiscos
Un tirón en la cabellera
Situaciones de auto escritura
Nado sincronizado sobre La Luna
Jugar al sky acuático en esta dictadura
                                
Me dice: “¡Basta, poema! Ya fue mucho por hoy”
Pero, ¿Quién sos para darme fin?
El escritor, aunque no se quién creo a quién
Yo soy un poema que empecé hablando de mí
Pero te creé a vos para que me escribas
Aunque vos solo pensás en lo que te rodea
En que soy tu contacto para concretar tu conquista
Encima esta estrofa te quedo más larga