lunes, 15 de marzo de 2010

Bueno, pero no como los de antes

Martin Scorsese es uno de los realizadores más importantes de los últimos 50 años del cine estadounidense, que junto a otros pares como Francis Ford Coppola o Brian De Palma, dieron origen a una especie de nouvelle vague norteamericana.
Con films plenamente intelectuales, políticos y esencialmente “cinematográficos” como Who’s That Knocking at My Door de 1967, Scorsese daría comienzo a una carrera brillante, llegando a un alto nivel de madurez con la aclamada Taxi Driver y la posterior Ragging Bull.
El presente del director norteamericano, a pesar de ser correcto y tener destellos de genialidad, dista muchísimo de aquellas grandes épocas, y su nueva película Shutter Island, a pesar de ser por momentos un interesante thriller, no alcanza las expectativas que un realizador de la talla de Scorsese suele generar.
Los últimos films de Marty como Gangs of New York, The Aviador o The Departed, sólo parecían ser súper producciones sin el máximo de su potencial que tenían en su haber la codiciada llegada a la obtención del Oscar, premio que conquistó por la última de la nombrada serie.
Ya sin el peso pesado de aquella estatuilla sobre la espalda, Scorsese se pondrá a tonó con el cine de género con Shutter Island, un thriller psicológico que oscilará entre el suspenso, el terror y el film noir con una estética bastante oscura y momentos de tensión muy bien logrados.
La película, basada en la novela de Dennis Lehane, narra como Ted Daniels (Leonardo Di Caprio), un comisario ex veterano de la Segunda Guerra Mundial, tendrá que investigar la desaparición de una prisionera de una cárcel mental a la que ha arribado en una lejana isla.
Shutter Island tendrá un comienzo y primera parte interesantemente aterradora, con exquisitos toques de suspenso bien al estilo The Birds o Psycho de Alfred Hitchcock; en tanto que a partir de las distintas situaciones que irá viviendo Ted, experimentará un proceso de locura al que podríamos asimilar a la transformación de Robert de Niro en Taxi Driver.
Pero luego de varias vueltas de tuerca entre el pasado trágico del protagonista y los misterios de la narración, el film se volverá un tanto denso y predecible, y a pesar que Di Caprio resulta un buen actor, dista de lo que era anteriormente De Niro, actor fetiche de los viejos tiempos de Scorsese.
En conclusión, Shutter Island es un film interesante y atrapante por momentos, pero se encuentra lejos de la gama de las grandes obras de Scorsese; aunque a pesar de sus falencias narrativas es un buen thriller psicológico con interesantes destellos visuales.