miércoles, 23 de febrero de 2011

La danza del infierno

Es sabido que Darren Aronofsky siempre se destacó por crear universos oscuros, personajes profundos y situaciones contundentes. Desde el delirio matemático en Pi, el caos de las drogas en Requiem for a Dream, el misticismo en The Fountain, hasta las desgracias de los luchadores en The Wrestler. En su nueva obra, Black Swan, expone el apocalíptico clima que se puede vivir en torno a una compañía de baile.
Black Swan gira alrededor del personaje de Nina (Natalie Portman), quién es elegida para ser la primera bailarina de El lago de los cisnes, el famoso ballet ruso que tuvo diversas interpretaciones a nivel mundial, que narra como la joven Odette (que un hechizo la transformó en cisne) debe encontrar el amor para volver a ser como era; aunque una vez que encuentra a su príncipe, éste es engañado por la malvada Odile que se hace pasar por ella para quedarse con él, llevando al trágico desenlace del suicidio de la primera.
En el intenso film, Nina obtiene la confianza de Thomas (Vincent Cassel), el coreógrafo de la obra, aunque se verá perseguida por Lily (Mila Kunis), otra bailarina que quiere tomar su lugar protagónico a causa de, entre otras cosas, conquistar al hombre en discordia. Aquí se puede apreciar esa eterna conjunción entre el bien y el mal, entre el cisne blanco y el negro.
El personaje de Portman es dulce, inocente, talentoso y sensual, todo lo que necesita para interpretar al cisne blanco, aunque se encuentra confundida y con falta de rudeza para hacer de Odile, el cual sería más natural para Lily.
Nina es una persona perturbada, a la cual le pesara su nueva posición en la compañía y el protagónico en El lago de los cisnes, ya que no solo se sentirá presionada por su obsesión con Thomas y la desfachatez de Lily, sino por el fantasma de Beth (Winona Ryder), su antecesora que en medio de su locura al perder el puesto principal en los escenarios terminaría lisiada.
Black Swan, a pesar de su pretencioso guión, logra hilar positivamente la intercepción entre el argumento del presente de la historia con el de la representación de la obra ficticia, saltar del mundo de la danza al del cine.
El film es avasallante y lleno de adrenalina; esta compuesto de una carga dramática memorable que hace de la psiquis de los personajes, que provoca un brillante descontrol de las acciones al mejor estilo de una opera macabra. Black Swan es una especie de collage entre la locura, la fama, la envidia, el sexo y la muerte; hasta se atreve a incursionar en provocadoras escenas de lesbianismo, cómo en detalles surrealistas muy bien logrados.
Black Swan es un film de emociones extremas que acrecienta la prolífera filmografía de Aronofsky, que dentro de su particular y oscuro estilo cinematográfico concreta una obra muy destacada, que a su vez también resalta con grandilocuencia la excelente interpretación de Portman.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Impecable film sobre la realeza

Si a al momento de difundir una película se dijera que es sobre el ascenso de un nuevo rey en Gran Bretaña y que éste debido a su tartamudez no se encuentra apto para dar el “ejemplar” discurso que su pueblo espera en épocas de la Segunda Guerra Mundial, su efectividad podría ser un poco dudosa; pero The King´s Speech de Tom Hooper resulta un film más que destacado en estos tiempos de escasez cinematográfica.
La obra del joven realizador inglés narra la relación del monarca (el Rey Jorge VI) con Lionel Logue, un médico poco ortodoxo que conseguiría su esposa (la Reina Elizabeth) para que lo ayude a solucionar su inconveniente con la voz.
En principio hay que decir que el guión de David Seidler posee una gran estructura, y a partir de hechos simples concreta una historia compleja que mantiene el ritmo de las acciones constantemente, que con personajes profundos y muy bien logrados ayudan al lucimiento del trío protagónico: Colin Firth (el nuevo rey), Helena Bonham Carter (la futura reina) y Geoffrey Rush (el médico).
The King´s Speech tiene un orden dramático impecable y las actuaciones tanto de Firth, Bonham Carter y Rush son brillantes, que con cada gesto le dan vida a personajes entrañables, tanto desde un punto de vista más serio, cómo cuando la narración permite un humor negro que, por ende, esta muy bien utilizado.
Otro de los puntos salientes del film es su magnitud visual, ya sea a través de su diseño de vestuario cómo en el de arte; aunque por sobre todas las cosas hay que destacar la fotografía de Danny Cohen, que entre colores opacos y grisáceos hace de los escenarios una verdadera recreación de la época: cada paisaje neblinoso parece digno de la mejor pintura.
En conclusión, se puede decir que The King´s Speech es una película muy completa y atractiva, desde su aspecto visual hasta su gran desarrollo narrativo y la interesante crítica a los procedimientos del universo real en Gran Bretaña; sumados a las sobresalientes interpretaciones de Firth, Bonham Carter y Rush que hacen que el film ascienda al trono dentro una clase de obras que a priori resultan densas, aunque en el caso de la de Hooper el resultado final es todo lo contrario, más bien un discurso al cine.

sábado, 12 de febrero de 2011

El eterno conflicto de las relaciones amorosas

El universo de Woody Allen siempre se caracterizó por presentar las más extravagantes relaciones humanas. En You Will Meet a Tall Dark Stranger, su nuevo film, narrará las desventuras de distintos individuos, en dónde se verán parejas dispares, situaciones desafortunadas que las llevaran a la desesperanza o a destinos inesperados típicos de las peripecias de las tragedias griegas.
La película, como tantas otras de Allen, describe lo conflictivo del matrimonio: Helena (Gemma Jones) y Alfie (Anthony Hopkins) se divorcian tras largos años de casados, siendo que él tomará una actitud un tanto juvenil para devenir con Charmaine (Lucy Punch), una ex prostituta que tiene la mitad de su edad; en tanto que ella, desesperanzada con la separación, tratará de encontrar una alternativa con las prácticas místicas, motivo que también la llevará a conocer a Jonathan (Roger Ashton-Griffiths).
Por otro lado se encuentra la otra pareja protagonista de la historia: Sally (Naomi Watts) –hija de Helena y Alfie- y Roy (Josh Brolin). Ella desilusionada con su matrimonio estará obsesionada con su jefe Greg (Antonio Banderas); en tanto que su marido, un escritor frustrado, encontrará inspiración en su vecina Dia (Freida Pinto).
You Will Meet a Tall Dark Stranger es una combinación entre la comedia y el drama; y ya no es una sorpresa que el propio Allen no este dentro del elenco, pero sí lo es que no haya algún otro actor que haga el papel que éste hubiera hecho años atrás. A pesar de que podemos ver personajes temerosos, inconscientes y un tanto desesperanzados, no se encuentra ese prototípico excéntrico como Alvy Singer en Annie Hall, o para ir más cerca en el tiempo el de Larry David en Whatever Works, obra del 2009 nunca estrenada en Argentina.
El film mantiene la línea de las últimas comedias del director neoyorquino: las relaciones familiares y los encuentros causales que determinaran el hilo de la historia. Allen mantiene siempre esa intercepción entre la farsa y la tragedia, tal cual como jugaba con eso con las dos historias en Melinda/Melinda; hace que los protagonistas pasen de la desesperanza al mayor éxtasis o a la inversa de un instante a otro.
Aunque dista bastante de las obras más trascendentes de Allen como Manhattan o Zelig, You Will Meet a Tall Dark Stranger es un film correcto con personajes complejos que oscilan un universo de interesantes diálogos; y aunque por momentos pareciera repetitivo y un tanto denso, concreta una historia bien lograda entre los tintes melancólicos de los clásicos del jazz, a los que el mítico Woody nos tiene acostumbrados.

jueves, 27 de enero de 2011

Otro hallazgo en el mundo de Sofia

Francis Ford Coppola fue uno de los grandes realizadores de la segunda mitad del siglo XX dentro del cine estadounidense. Se destacó por crear importantes súper producciones como la trilogía The Godfather o Apocalipse Now; en tanto Sofia -su ya consagrada hija- tomó los rumbos de un cine más indy, dentro de un recorrido en el cual sigue buscando y experimentando con su estilo.
Sus tres primeros films nos llevan hacia las relaciones humanas, más que nada familiares y al eterno problema del que hacer con la vida. En The Virgin Suicides un grupo de hermanas conlleva diversas restricciones por parte de sus padres, derivando en el suicidio de una ellas; en Lost In Translation, un actor maduro y una joven recién casada hacen de su soledad en sus respectivos viajes a Japón una oportunidad para cambiar sus rutinarias vidas; en tanto que luego vendría la versión de Marie Antoinette y su fracasado matrimonio que la llevará al adulterio.
En su nueva realización, Somewhere, Sofia narra la historia de Cleo (Elle Fanning), una niña pre adolescente con padres divorciados, la cual tiene que sufrir siempre la ausencia de su progenitor Johny Marco (Stephen Dorff), quién estrella de cine siempre esta viajando o se encuentra perdido en los excesos.
Ante un viaje de su madre, Cleo deberá convivir y viajar con su padre, el cual se verá obligado a replantear su estilo de vida. El film detalla la relación padre-hija y saliendo de los típicos clichés, destaca los placeres y los inconvenientes de ésta sin caer en los sentimentalismos convencionales.
En Somewhere, se puede ver como Sofia experimenta con un cine mas pausado, con el tiempo de la escena. Los planos son más largos
que en sus anteriores films y las acciones bien detalladas, utilizando la cámara fija en distintas ocasiones. Hay una especie de contacto con el cine alemán de la década de 1980, especialmente por semejanzas al de Wim Wenders
.
Ya en su anterior película, Marie Antoinette, se veía ese intento de buscar matices diferentes y un detalle de esto fue el interesante contraste entre lo antiguo (el tiempo de la historia) y lo moderno (la musicalización rock).
Somewhere sostiene el nivel de los films de Sofía Coppola, siendo quizás su obra más independiente y personal que retrata una conflictiva relación padre-hija de una manera encantadora y melancólica al compás de la banda sonora compuesta por Phoenix que acompaña de gran manera la narración.

lunes, 24 de enero de 2011

Para dejar en el más allá

Clint Eastwood es uno de los pocos grandes realizadores del cine moderno, quién asombró como en la madurez de su carrera artística pudo lograr sus mejores films como Unforgiven, Mystic River, Million Dollar Baby y Letters from Iwo Jima. La cuestión es que después de realizar interesantes películas como Changeling y Gran Torino, no cumpliría las expectativas con Invictus, aunque ésta resultaría correcta. Con Hereafter, su nueva obra, intenta concretar una historia muy pretenciosa que entre lo sobrenatural y diversas fábulas corales, no cumple su propósito en ningún momento.
Hereafter intercala las historias de George (Matt Damon), un obrero estadounidense que intenta escaparle a un sorprendente don psíquico que le permite hablar con gente del mas allá; Marie (Cécile De France) una periodista francesa que sobrevivió a un tsunami; en tanto que Marcus (Frankie McLaren) será un chico británico atormentado tras fallecer su hermano gemelo. Todos estos personajes tendrán una estrecha relación con la muerte, motivo que posibilitará que sus vidas se crucen.
A simple vista parecieran historias interesantes y que un realizador como Eastwood podría sacarles su mayor provecho, pero el asunto es que el guión de Peter Morgan es tan flojo que ni el mayor artista podría haber realizado algo atrapante. En este caso, el libreto dista de un gran trabajo suyo como con Frost/Nixon de Ron Howard; en Hereafter cada uno de los tres tópicos tiene poca coincidencia con los otros dos, y si Babel de Alejandro González Inárritu era tildada por este aspecto, en este caso la desconexión es aun mayor.

Por separado, los presentes de George, Marie y Marcus son por momento densos respecto a la narración, y el inconveniente surgirá al tiempo de intercalar las historias, ya que parecen estar unidas por un hilo casi inexistente, lo que provocará un desenlace bastante mediocre y predecible.

Hereafter es el film más flojo de Eastwood desde 2002 cuando realizó Blood Work, y a pesar de escenas muy bien logradas como la del comienzo cuando el tsunami devasta la ciudad donde Marie se encontraba de viaje, en términos generales es una película bastante intrascendente y un paso atrás en esta brillante etapa de madurez del realizador de Unforgiven.

miércoles, 5 de enero de 2011

Merecido homenaje a Tati

Jacques Tati fue unos de los grandes realizadores de la segunda mitad del siglo XX, influenciado por el slapstick y el cine de Charles Chaplin y Buster Keaton, el realizador francés deleitaba con filmes de una grandeza visual e importante crítica social a través de sus dotes para la comedia. Más que nada se valía de los gestos y la acción física y no tanto de las palabras para desarrollar sus historias; y como aquellos grandes cineastas nombrados anteriormente, él también tendría un personaje propio y característico: Mr. Hulot.
L’ilusionniste es un guión inacabado de Tati y uno de sus últimos legados antes de fallecer en 1982. El también francés Sylvain Chomet, director de la destacada Les triplettes de Belleville, adapto este libreto produciendo un interesante y merecido homenaje a uno de los mayores comediantes de la historia del cine que injustamente no es tan recordado como se merece.
Como en su película anterior, Chomet vuelve a optar por la animación para desarrollar la narración y construir un mundo bello de facetas poéticas. El protagonista (el ilusionista) es el típico personaje que interpretaba Tati, un Hulot animado en este caso. Un mago con muy poca fortuna que decide abandonar París para buscar suerte en Escocia, en dónde conocerá a una jovencita que le dará unas cuantas razones para progresar e ir en busca de sus destino.
L’ilusionniste es un film muy poético, de los cuales no necesita de las palabras para expresar sus diversas emociones, es así que los casi nulos diálogos lo demuestran. Es una historia un tanto melancólica muy bien llevada por cada argumento cómico. Los personajes resultan muy expresivos y los escenarios muy pintorescos. Se puede decir que, en ese sentido, los films de Chomet tienen mucho en común con otro gran realizador del cine animado moderno como lo es Hayao Miyazaki.
Pero a parte de sus grandezas visuales y narrativas, L’ilusionniste es muy cinéfila, y en esto tiene mucho que ver el homenaje a Tati, no solo por la transformación animada de un posible Hulot, sino por la noción del cine dentro del cine: se puede observar como en un momento del film el protagonista ingresa por error a una sala dónde se estaba proyectando Mon oncle, quizás la mayor obra de Tati; siendo que en tal escena, se puede ver al ser animado observando a un virtual símil de carne y hueso enmarcado en otra ficción.
L’ilusionniste es un film que se destaca tanto por su faceta en honor a Tati, cómo por sus virtudes narrativas, que entre una agradable banda sonara y cálidos tintes creativos hacen que la nueva película de Chomet no pase desapercibida.