lunes, 26 de abril de 2010

Siniestra y deslumbrante

En su nuevo film, Das weisse Band (La cinta blanca), Michael Haneke narrará el crudo estar de un pequeño pueblo alemán a principios de la década de 1910. Un sitio tranquilo, pero dónde sucederán desgracias inciertas y relaciones perturbadoras en un ambiente misterioso y desgarrador.
Los protagonistas serán víctimas del sufrimiento, y muchos de ellos niños, que tendrán que soportar una abrumadora violencia física y moral. El director hará llegar tales angustias de una manera vil y relista, desde la exquisita y fría fotografía en blanco y negro, que en cada momento (a parte de dar cuenta de una historia de época) hace llegar esplendorosamente la oscuridad de los sucesos producidos, al estilo Schindler’s List de Steven Spielberg, pero aun más siniestra.
El film de Haneke no será de aquellos que justifiquen las acciones o den un porqué detallado de las cosas, simplemente cada hecho sucederá y tendrá que ser así. Se pronunciará tanto una imagen sobrenatural como la realidad misma. Sólo se puede decir que Das weisse Band es un claro anticipo de lo que llevó a la psiquis humana a producir la Primera Guerra Mundial en 1914. De ninguna manera se puede hablar de hechos individuales y grupales, sino que intenta manifestar que la maldad esta en las propias entrañas del mundo y en la vida misma.
La puesta en escena de Haneke es categórica y los actores encarnan sus personajes muy vivazmente. Christian Friedel (el maestro), Ulrich Tukur (el barón) y Burghart Klaußner (el pastor) logran, a través de sus expresiones, un andar muy verosímil respecto a lo que se está narrando. Hasta por momentos parecen surgidos del cine mudo alemán de Friedrich Murnau o Fritz Lang.
Es normal que por momentos la historia se torne un poco densa, pero todo lapso narrativo es resuelto con delicadeza. No hacen falta las explicaciones. Basta un gesto, un plano, un diálogo. Desde su concepción estilística y argumentativa, el film trazará muchos paralelos con el cine de Ingmar Bergman y recordados films como Smultronstället (Fresas salvajes) o Fanny och Alexander.
Das weisse Band es una película siniestra y hermosa en cada plano. La obra de Haneke es el cine concebido como arte en tiempos dónde predomina lo comercial y ordinario, de lo cual el director de Caché se desliga completamente con este film, que entre la ironía política, religiosa y existencial, concreta una historia distinta e impactante por su crudeza al momento de retratar cada acción.