miércoles, 13 de febrero de 2008

Una grata sorpresa

Más de una vez en los últimos años he escuchado por uno que otro rincón acerca de lo mal que se encuentra el cine argentino en los últimos tiempos, y de lo difícil que es realizar una producción que valga la pena, ya sea por falta de ideas o presupuesto.
Desde mi punto de vista, debo decir que esto no es del todo cierto, porque a pesar de las falencias que todos conocemos y la poca cantidad de público que consume cine nacional, hay obras que destacar, entre las cuales se haya la magnífica La antena de Esteban Sapir.
Aunque gran mayoría de títulos han pasado sin demasiada relevancia por los cines o han aparecido otros demasiado nefastos, se puede decir que aunque la película de Sapir no tenga algo que se le parezca, si hay interesantes predecesoras que deberían verse dentro de la moderna primera década del siglo XXI. Son los casos de la genial El aura del fallecido Fabián Bielinsky, la interesante y muy bien lograda visualmente XXY de Lucía Puenzo, la provocadora e independiente TL-1: Mi reino por un platillo volador de Tetsuo Lumière o más que agradables películas como Tiempo de valientes de Damián Szifron o Derecho de familia de Daniel Burman.
Pero pese a las pocas excepciones a la regla no es totalmente descabellado pensar que el cine argentino se encuentre en dificultades creativas, y más aun luego de la muerte de Bielinsky en 2006, quien para muchos era el realizador con mayor proyección a futuro. Pero las esperanzas nunca se pierden y queda demostrado que jóvenes como Sapir pueden crear cosas diferentes, creativas, completamente artísticas, y de un nivel visual cercano al del primer mundo.
La antena es un film de sumo interés, de un sólido guión escrito por Sapir, quien crea un mundo fantástico y personajes cautivantes para lograr una muy buena película, que resalta en diversos aspectos técnicos como la cuidada fotografía en blanco y negro de Cristian Cottet, la dirección artística de Daniel Gimenberg o la fenomenal música de Leo Sujatovich, quién logra decorar de manera magistral cada escena a lo largo del film.
La película trata acerca de la población de una ciudad que se ha quedado sin voz, y de cómo el Sr. TV (interpretado por Alejandro Urdapilleta), un magnate dueño del único canal de televisión, domina a toda la gente con las imágenes que expone en la pantalla, con las cuales termina hipnotizándolos para que también adquieran todos los productos que su compañía ofrece. Tales imágenes televisivas funcionan gracias a una máquina que es activada gracias al canto de la única mujer (Florencia Raggi) del sitio que aun tenía el don del habla. A todo esto, el siniestro plan del Sr. TV será apoderarse de cada una de las almas de las personas del lugar.
Pero un empleado del canal (Rafael Ferro) se da cuenta que la dama es secuestrada y con la ayuda de su hija y su ex esposa intentará disolver los planes del malhechor al descubrir que el hijo de la raptada también podía hablar, y al cual si lleva a la antena que se encuentra en las afueras de la ciudad podría hacer retornar la voz y la prosperidad en la multitud y así derrocar al imperio del Sr. TV.
A lo largo del film, se puede destacar un constante homenaje al cine mudo, especialmente a clásicos como Le voyage dans la lune de Georges Méliès y Metropolis de Fritz Lang, en una película que es muda en casi su totalidad. Por otro lado, se pueden vislumbrar importantes influencias que pueda haber recibido Sapir tanto de diversos comics clásicos norteamericanos, como del cine soviético -especialmente de Sergei Eisenstein- o de importantes exponentes del expresionismo alemán como Friedrich Murnau y Lang; o también de la estética que caracteriza a realizadores contemporáneos como Terry Gilliam y principalmente Tim Burton.
En fin, hay que decir que La antena es una obra que propone algo diferente, desde lo excéntrico de sus personajes hasta su exquisitez visual enmarcada en un bello mundo de fantasía que los tendrá expectantes un poco más de hora y media que dura el film, el cual demuestra con creces que en Argentina no todo esta perdido y que se pueden realizar grandes películas como esta.