viernes, 14 de diciembre de 2012

I'll See You In My Dreams

   Un paralelepípedo que encierra una isla desierta, un paraíso lejano y desconocido. De lejos un avión invisible y tierra abajo una hamaca paraguaya, sobre ella la inocencia, la pasión y la indiferencia. Maullidos espontáneos dominan la escena y se pierden como ecos en la tempestad.
   Los acordes de Django Reinhardt y un paseo en alfombra mágica. El reloj de arena estaba mojado por dentro. Una espada y una muerte lenta, aunque imaginaria porque esto debería ser un sueño o lo que se soñaba en ese sueño.
   Un encuentro extraño y las cartas misteriosas de siempre. El juego de las realidades paralelas y el saber elegir con cual quedarse. La sensación de estar perdido en el tiempo y al ras de una adrenalina que era poco habitual. Como tomar un helado en el espacio.
   Nadar en el barro hacia el horizonte. Un cuestionario en otro idioma para encontrar la salida del laberinto de la incomunicación. La banda sigue tocando y su sonrisa seguía ahí. Un salvavidas para los momentos inoportunos o quince minutos entre un ramo de flores y una cerveza de segunda marca.
   Recostándose sobre su pecho. El inicio de una epopeya onírica y el sol que temía salir de atrás de una oscura nube. Un recorrido escalonado hacia el imprevisto deseo de las consecuencias del destino. Había una vez un portal hacia el futuro dónde pasaban cosas trascendentes.